La Dieta Mediterránea

La Dieta Mediterránea ha conseguido el máximo reconocimiento internacional, a través de su consideración como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Las características, la singularidad y la universalidad de este modelo alimentario por excelencia lo convierten en un claro merecedor de esta distinción. Recordemos que el término “dieta mediterránea” fue definido por el profesor Ancel Keys (junto a Francisco Grande Corvina) en los años sesenta, a raíz de una serie de investigaciones sobre la relación entre hábitos de alimentación, estilo de vida y enfermedades cardiovasculares en algunos países.

Las características principales de la Dieta Mediterránea son el recurso al aceite de oliva como fuente principal de grasa; el consumo abundante de frutas, verduras y hortalizas; el consumo adecuado de legumbres, pan y derivados de cereales, pescados, huevos, lácteos y frutos secos; y el recurso moderado al vino (uno de los patrones principales de esta forma de alimentarse y que, en las dosis adecuadas, resulta una fuente de salud), las carnes y los productos cárnicos.

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